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INFORMES ESPECIALES

Sensibilizantes respiratorios
Son agentes biológicos y químicos que pueden provocar enfermedades de tipo alérgico
en las vías respiratorias del ser humano.

Pueden controlarse y prevenir sus efectos.

Causas de los problemas respiratorios en el trabajo
Las reacciones que se producen en las vías respiratorias y los pulmones de los trabajadores que inhalan sustancias y partículas en su trabajo se dividen en tres categorías principales:

  1. Muchas enfermedades conocidas, como la asbestosis o la silicosis, son provocadas por fibras y partículas que se depositan en el conducto respiratorio.
  2. Diversos tipos de agentes naturales y sintéticos utilizados en el lugar de trabajo pueden provocar también enfermedades respiratorias de tipo alérgico, asma de origen laboral, rinitis o alveolitis, las cuales han aumentado de forma constante en los últimos años (*)
  3. Las sustancias irritantes del aparato respiratorio, como el humo del tabaco en el ambiente, el cloro, el polvo en general e incluso el aire frío pueden provocar crisis en personas que ya padecen asma. En estos casos, aunque la persona no muestra una hipersensibilización ante el agente específico, la crisis sigue estando relacionada con el trabajo.

    (*) Según los resultados de un estudio realizado en Francia, entre un 5% y un 10% de los casos de asma están relacionados con el trabajo.

¿Qué son las enfermedades respiratorias de tipo alérgico?
La respuesta del sistema inmunológico humano a las amenazas externas que plantean los agentes químicos y biológicos puede ser una reacción alérgica en las vías respiratorias. Entre sus síntomas se encuentran la tos, la respiración agitada, el resuello y la falta de aliento, los estornudos, la nariz congestionada y goteante, los ojos rojos irritados e inflamados, y también la fiebre y los dolores musculares y articulares.

Todas estas enfermedades presentan algunos rasgos comunes:

  • Para desarrollar la enfermedad se requiere una exposición recurrente, ya sea de bajo nivel durante mucho tiempo o de alto nivel en picos concretos. Durante este período no se observan síntomas.
  • Tan sólo algunas de las personas expuestas se ven afectadas.
  • Cuando una persona se sensibiliza, cada vez que entra en contacto con la sustancia, aunque sea en cantidades ínfimas, pueden desencadenarse los síntomas a niveles mucho más bajos de los que provocaron el estado de hipersensibilidad.

Los síntomas pueden desarrollarse de forma inmediata después de la exposición o varias horas más tarde, a menudo por la noche, por lo que el vínculo con el lugar de trabajo no resulta evidente. A menudo mejoran cuando el trabajador está fuera de su lugar de trabajo, durante los fines de semana y los períodos de vacaciones.

Gestión de los sensibilizantes respiratorios
Las normativas de la Unión Europea definen de la siguiente forma el orden de las medidas de prevención:
Las empresas deben:

  1. Evaluar los riesgos
    Identificar los peligros: qué sustancias que pueden provocar asma se usan o se generan en la actividad laboral. Cabe recordar que las sustancias biológicas y químicas pueden dar lugar a enfermedades respiratorias de tipo alérgico. Determinar las personas que pueden sufrir daños y de qué forma.
  2. Eliminar o sustituir
    La mejor opción es evitar el uso y la exposición a estos agentes, sustituyéndolos por una sustancia menos peligrosa. Los agentes sensibilizantes pueden provocar una sensibilización de tipo alérgico en concentraciones inferiores a los valores límite de exposición profesional establecidos convencionalmente. Incluso una exposición muy baja a los sensibilizantes en el lugar de trabajo puede provocar síntomas respiratorios de tipo alérgico en los trabajadores ya hipersensibilizados.
  3. Prevenir la exposición
    Si no es posible sustituir estas sustancias, debe reducirse al mínimo la concentración, el tiempo y la frecuencia de exposición, así como el número de trabajadores expuestos. Determinar si las precauciones tomadas son las adecuadas o si deben tomarse otras.

Elaborar un plan de protección del sistema respiratorio:
Gestionar las emisiones en sus orígenes
Incluir la prevención sistemática del polvo y los aerosoles a través de las siguientes medidas:

  • Modificar el proceso de trabajo: evitar los procedimientos de trabajo que produzcan polvos, aerosoles o vapores.
  • Utilizar las sustancias en una forma menos peligrosa, por ejemplo, en forma de píldoras o pastas en sustitución de los polvos o líquidos.
  • Utilizar sistemas cerrados para el rellenado y el transporte, por ejemplo, de sustancias en polvo o fibras.
  • Controlar las emisiones mediante procesos eficaces de encapsulamiento, ventilación, extractores de humos y otras medidas en el lugar de trabajo.
  • Elaborar un plan de mantenimiento y limpieza en el que se indiquen los intervalos, métodos y equipos de limpieza. Utilizar métodos húmedos o aspiradoras en lugar de escobas.

Si no puede evitarse la exposición por otros medios, deberán utilizarse equipos personales de protección del sistema respiratorio, además de cualquier otra medida de control posible.

  • Seleccionar el equipo de protección más adecuado para cada tarea o exposición. Consultar a los fabricantes para elegir el equipo adecuado.
  • Los respiradores deben ser personales y no deben compartirse.
  • Si se utilizan de forma regular, los equipos deben estar en buen estado, limpiarse tras su uso, cambiar los filtros según convenga y comprobar que el equipo esté en buen estado de funcionamiento y que no haya sufrido daños.
  • Elaborar procedimientos por escrito de limpieza, desinfección, almacenamiento, inspección, reparación, eliminación y mantenimiento de los respiradores.

Otros puntos que deben tenerse en cuenta:

Informar y formar a los trabajadores acerca de:

  • los sensibilizantes respiratorios a los que están expuestos
  • las prácticas de seguridad en el trabajo
  • el correcto uso de los respiradores, cómo ponérselos y quitárselos, las limitaciones de su uso y mantenimiento y a quién deben informar si tienen problemas respiratorios.

Hacer un seguimiento regular de la exposición y de los problemas de salud
y realizar una nueva evaluación, sobre todo si se modifican los métodos de trabajo. En caso de presentarse síntomas respiratorios que pudieran estar relacionados con el trabajo, se deberán llevar a cabo exámenes médicos.

Registrar los resultados.

Consultar a los trabajadores y a sus representantes

  • Al evaluar los riesgos, las exposiciones y los problemas respiratorios que tienen lugar en el lugar de trabajo.
  • Al sustituir sustancias peligrosas.
  • Sobre la elección de equipos personales de protección.
  • Sobre los resultados del seguimiento, incluido el seguimiento sanitario.

Fuente: Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo www.osha.eu.int (Reproducción autorizada con mención del origen)

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